lunes, 2 de mayo de 2011

EL IMPERIO BIZANTINO

EL IMPERIO BIZANTINO


El Imperio bizantino se desarrolló a partir de los territorios orientales del Imperio romano, tras la caída de las regiones occidentales del mismo en el siglo V. La armonía inicial entre Iglesia y Estado permitió que la primera época del imperio (entre los siglos IV y VI) fuera de esplendor. Las Cruzadas sometieron a un esfuerzo excesivo los territorios de Bizancio durante el siglo XI y precipitaron la decadencia del Imperio. Constantinopla, la capital, fue saqueada en 1204 por los cruzados venecianos y conquistada en 1453 por los turcos otomanos.

Imperio bizantino es el término historiográfico utilizado desde el siglo XVIII para referirse al Imperio romano de Oriente en la Edad Media. La capital de este Imperio cristiano se encontraba en Constantinopla (en griego, Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), de cuyo nombre antiguo, Bizancio, fue creado el término Imperio bizantinopor la erudición ilustrada de los siglos XVII y XVIII.
En tanto que es la continuación de la parte oriental del Imperio romano, su transformación en una entidad cultural diferente de Occidente puede verse como un proceso que se inició cuando el emperador Constantino I el Grandetrasladó la capital a la antigua Bizancio (que entonces rebautizó como Nueva Roma, y más tarde se denominaríaConstantinopla); continuó con la escisión definitiva del Imperio romano en dos partes tras la muerte de Teodosio I, en 395, y la posterior desaparición, en 476, del Imperio romano de Occidente; y alcanzó su culminación durante elsiglo VII, bajo el emperador Heraclio I, con cuyas reformas (sobre todo, la reorganización del ejército y la adopción del griego como lengua oficial), el Imperio adquirió un carácter marcadamente diferente al del viejo Imperio romano.
Algunos académicos, como Theodor Mommsen, afirman que hasta Heraclio existió el Imperio romano de Orientey después de este emperador hubo el Imperio bizantino, que duró hasta 1453. En efecto, Heraclio abandonó el antiguo título imperial de «Augusto» y poco después fue llamado basileus (palabra griega que significa 'rey' o 'emperador'), título que los gobernantes bizantinos llevarían hasta el final del Imperio. También reemplazó el latínpor el griego como lengua administrativa en 620 y, después de su reinado, el Imperio bizantino tuvo un marcado carácter helénico.
A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino sufrió numerosos reveses y pérdidas de territorio, especialmente durante las Guerras Romano-Sasánidas y las Guerras arabo-bizantinas. Aunque su influencia en África del Norte y Oriente Próximo había entrado en declive como resultado de estos conflictos, continuó siendo una importante potencia militar y económica en EuropaOriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. Tras una última recuperación de su pasado poder durante la época de la dinastía Comneno, en el siglo XII, el Imperio comenzó una prolongada decadencia durante las Guerras Otomano-bizantinas que culminó con la toma de Constantinopla y la conquista del resto de los territorios bajo dominio bizantino por los turcos, en el siglo XV.
Durante su milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo, y protegió a Europa Occidental del avance del Islam. Fue uno de los principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las leyes, los sistemas políticos y las costumbres de gran parte de Europa y de Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.

El término «Imperio bizantino»

«Imperio bizantino» es un término moderno que hubiera resultado sumamente extraño a sus antepasados, que se consideraban a sí mismos romanos, y a su Imperio el Imperio Romano. El nombre en griego original era Romania (Ρωμανία) o Basileía Romaíon (Βασιλεία Ρωμαίων; Imperio Romano), traducción directa del nombre en latín,Imperium Romanorum. Era denominado «Imperio griego» por sus contemporáneos de Europa occidental (debido al predominio en él del idioma, la cultura y la población griegas). En el mundo islámico fue conocido como روم‎ (Rûm, 'tierra de los Romanos') y sus habitantes como rumis, calificativo que por extensión acabó aplicándose a los cristianos en general, y en especial a aquellos que se mantuvieron fieles a su fe en los territorios conquistados por el Islam.
La expresión «Imperio bizantino» (de Bizancio, antiguo nombre de Constantinopla) fue una creación del historiador alemán Hieronymus Wolf, quien en 1557 —un siglo después de la caída de Constantinopla— lo utilizó en su obra Corpus Historiae Byzantinae para designar este período de la historia en contraste con las culturas griega yromana de la Antigüedad clásica. El término no se hizo de uso frecuente hasta el siglo XVIII, cuando fue popularizado por autores franceses, como Montesquieu.
El éxito del término puede guardar cierta relación con el rechazo histórico de Occidente a reconocer al Imperio bizantino como heredero legítimo de Roma, al menos desde que, en el siglo IXCarlomagno y sus sucesores esgrimieron el documento apócrifo conocido como «Donación de Constantino» para proclamarse, con la connivencia del Papado, emperadores romanos. Desde esta época, en las tierras occidentales el título Imperator Romanorum ('Emperador de los Romanos') quedó reservado a los soberanos del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras que el emperador de Constantinopla era llamado, de manera un tanto despectiva, Imperator Graecorum ('Emperador de los Griegos'), y sus dominios, Imperium GraecorumGraeciaTerra Graecorum o incluso Imperium Constantinopolitanus. Los emperadores de Constantinopla nunca aceptaron estos nombres. De hecho, los pobladores bizantinos se declaraban herederos del Imperio romano y los emperadores de Constantinopla se enorgullecían de un linaje ininterrumpido desde Augusto.
El adjetivo «bizantino» adquirió después un sentido peyorativo, como sinónimo de «decadente», debido a la obra de historiadores como Edward GibbonWilliam Lecky o el propio Arnold J. Toynbee, quienes, comparando la civilización bizantina con la Antigüedad clásica, vieron la historia del Imperio bizantino como un prolongado período de decadencia. Influyó seguramente también en esta apreciación el punto de vista de los cruzados de los reinos de Europa occidental que visitaron el Imperio desde finales del siglo XI.
La visión de los bizantinos como hombres sutiles y frívolos sobrevive en la expresión «discusión bizantina», en referencia a cualquier disputa apasionada sobre una cuestión intrascendente, seguramente basada en las interminables controversias teológicas sostenidas por los intelectuales bizantinos.1

Bizancio puede ser definido como un Imperio multiétnico que emergió como un Estado cristiano y terminó sus más de 1000 años de historia en 1453 como un Estado griego ortodoxo, adquiriendo un carácter verdaderamente nacional. Los bizantinos se identificaban a sí mismos como romanos, y continuaron usando el término cuando se convirtió en sinónimo de helenos. Prefirieron llamarse a sí mismos, en griegoromioi (es decir, pueblo griego cristiano con ciudadanía romana), al tiempo que desarrollaban una conciencia nacional como residentes de Romania.
El patriotismo se reflejaba en la literatura, particularmente en canciones y en poemas como el Digenis Acritas, en el que las poblaciones fronterizas (de combatientes llamados akritai) se enorgullecían de defender su país contra los invasores. Con el tiempo, el patriotismo se volvió local, porque no podía ya descansar en la protección de los ejércitos imperiales. Aun cuando los antiguos griegos no fueran cristianos, los bizantinos se enorgullecían de estos ancestros.
Aún en los siglos que siguieron a las conquistas árabes y lombardas del siglo VII y la consecuente reducción del Imperio a los Balcanes y Asia Menor, donde residía una muy poderosa y superior población griega, continuó este carácter multiétnico. A pesar de todo, desde el siglo IX se agudizó el proceso de identificación con la antigua cultura griega.
A medida que avanzó la Edad Media pasaron de referirse a sí mismos como romioi ('romanos') a helenoi (que tenía connotaciones paganas tanto como el de romios) ograekos ('griego'), término que fue usado frecuentemente por los bizantinos (tanto como romioi) para su autoidentificación étnica, en especial en los últimos años del Imperio.
La disolución del Estado bizantino en el siglo XV no deshizo inmediatamente la sociedad bizantina. Durante la ocupación otomana, los griegos continuaron identificándose como romanos y helenos, identificación que sobrevivió hasta principios del siglo XX y que aún persiste en la moderna Grecia.

Origen

Para asegurar el control del Imperio romano y hacer más eficiente su administración, el emperador Diocleciano, a finales del siglo III, instituyó el régimen de gobierno conocido como tetrarquía, consistente en la división del Imperio en dos partes, gobernadas por dos emperadores augustos, cada uno de los cuales llevaba asociado un «vice-emperador» y futuro heredero césar. Tras la abdicación de Diocleciano el sistema perdió su vigencia y se abrió un período de guerras civiles que no concluyó hasta el año 324, cuando Constantino I el Grande unificó ambas partes del Imperio.
Constantino reconstruyó la ciudad de Bizancio como nueva capital en 330. La llamó «Nueva Roma», pero se la conoció popularmente como Constantinopla ('La Ciudad de Constantino'). La nueva administración tuvo su centro en la ciudad, que gozaba de una envidiable situación estratégica y estaba situada en el nudo de las más importantes rutas comerciales del Mediterráneo oriental.
Constantino fue también el primer emperador en adoptar el cristianismo, religión que fue incrementando su influencia a lo largo del siglo IV y terminó por ser proclamada por el emperador Teodosio I, a finales de dicha centuria, religión oficial del Imperio.
A la muerte del emperador Teodosio I, en 395, el Imperio se dividió definitivamente: Flavio Honorio, su hijo menor, heredó Occidente, con capital en Roma, mientras que a su hijo mayor, Arcadio, le correspondió Oriente, con capital en Constantinopla. Para la mayoría de los autores, es a partir de este momento cuando comienza propiamente la historia del Imperio bizantino. Mientras que la historia del Imperio romano de Occidente concluyó en 476, cuando fue depuesto el joven Rómulo Augústulo por el germano (del grupo héruloOdoacro, la historia del Imperio bizantino se prolongará durante aún casi un milenio.






El Imperio Romano de Oriente o bizantino, que comprendía la península balcánica, Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto, único sobreviviente tras la caída Occidental del imperio en manos de los bárbaros en el año 476, a través de sus gobernantes, se propuso reconquistar la grandeza perdida, con la recuperación del territorio occidental.
El oriente pudo sobrevivir, merced a la posición estratégica y privilegiada de Constantinopla, su capital, poderosa y amurallada, fundada sobre la colonia griega de Bizancio, por el emperador Constantino. Su majestuosidad y su imponencia mostraban grandes palacios y edificios públicos, iglesias colosales, teatros, acueductos, anchas avenidas y baños públicos, lo que la convertían en centro de admiración y codicia entre los pueblos medievales.
El nombre de bizantino simboliza el triunfo de la cultura griega, sobre todo a través del idioma griego, que se impuso sobre el latín, y por ese motivo Bizancio no pudo ser totalmente reemplazada.
Esa ciudad era el centro comercial de valiosos productos que circulaban entre el Mar Negro y el mediterráneo, posibilitando el intercambio entre Europa, Asia y África.
Se importaban sedas, perlas y especias de China, Mesopotamia e India. De Siria y Persia ingresaban telas y tapices, de África, oro y marfil y de Rusia, pieles y miel. Se exportaban artesanías y fundamentalmente sedas. Como moneda utilizaban el besante o bizantino, hecha de oro.
Culturalmente era notable la inflencia helenística, aunque con aportes romanos, cristianos y orientales.
Constantino elegido por sus tropas para ocupar el poder, adoptó poco antes de su muerte la religión cristiana como religión oficial del Imperio Romano para lograr su unidad.
El mundo cristiano se dividía entre los arrianos, considerados herejes por la iglesia y los seguidores de ésta. Sus diferencias trataron de resolverse en el concilio de Nicea (año 325).
En el año 527, asumió el poder el que sería el más brillante de sus emperadores: Justiniano, quien se propuso reunificar el imperio bajo su autoridad.
Dada la carencia de uniformidad legislativa, ordenó su compilación, culminando la obra codificadora iniciada en el siglo IV.
La sanción del Corpus Iuris Civilis, obra ciclópea que recopilaba el derecho vigente, lo coloca como el padre del derecho de numerosos estados europeos, sobre los que ejerció su influencia. Comprendía el Código, recopilación de leyes, el Digesto o Pandectas, recopilación de Iura, que eran las opiniones de juristas romanos, las Institutas, manual de Derecho destinada a estudiantes y las Novelas, con normas posteriores a la sanción del Código.
Reorganizó el Estado, y creó un sistema eficiente tributario y militar. Colocó la iglesia bajo su dominio (cesaropapismo) y se convirtió en un monarca teocrático.
Construyó en Constantinopla la imponente iglesia de Santa Sofía y los mosaicos de Rabena, en Italia.
Con el objetivo de reconquistar el imperio occidental, selló la paz con Persia, cuyo general, Belisario, tomó el norte de África, Córcega, Cerdeña y las Islas Baleares, ocupado por los vándalos, arrebató Italia a los ostrogodos y despojó a los visigodos del suroeste de España.
A la muerte de Justiniano, todas las posesiones readquiridas fueron nuevamente perdidas, a manos de los lombardos, los visigodos, los eslavos y posteriormente de los árabes, los ávaros, los búlgaros, para culminar con la invasión de los turcos que pusieron fin al Imperio Bizantino en el año 1453.












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